divendres, 23 d’abril del 2010

Visión eclesial de Francisco Palau y Quer.


Desde su concepción de la Iglesia como Dios y los prójimos el ser humano es contemplado como imagen viva de la Iglesia: En Cristo, la imagen perfecta de Dios, el hombre nuevo por excelencia y en él cada ser humano se descubre a sí mismo imagen de la Iglesia.

Elementos más sobresalientes de la eclesiología palautiana: 
  • La experiencia eclesiológica:  desde un nuevo modo de ser y de entender a la Iglesia se fue engendrando su espiritualidad eclesial, lleva el sello de su vocación personal y carismática, vida teologal y mística misionera centrada en el misterio de la Iglesia. A Francisco le es manifestada la Iglesia como Dios y los prójimos.
  • La doctrina del cuerpo Místico (imagen paulina y desarrollada por la patrística), en cuya metafórica realidad centra y hace coincidir el dogma, la moral y la espiritualidad;
  • El sentido trinitario de la Iglesia: la presencia de las tres divinas personas en el ser humano rubrican el sentido trinitario de la Iglesia, de modo que el hombre, mirándose a sí mismo, se descubre imagen viva de la Iglesia y a la Iglesia como imagen viva de la Trinidad. Él presenta la relación y profunda unidad que hay entre Cristo y los miembros de la Iglesia: Dios y los prójimos. Iglesia Trinidad que penetra y da vida al Cuerpo Místico de Cristo. 
  • La Iglesia como comunión. Su visión eclesial está marcada por un sello profético-carismático, la idea y vivencia de la Iglesia como misterio de comunión es esencial. La eclesiología de comunión representa el contenido central del "misterio" de la Trinidad y su plan de salvación. Para Francisco es fundamental la eclesiología de Comunión: Dios y los hombres. La concepción de la Iglesia como misterio de comunión es la esencia de la espiritualidad y vivencia del beato Francisco Palau. 
  • En el aspecto pneumatológico, la Iglesia es misterio de intercomunicación personal, en el Espíritu Santo, de todos los miembros con la Cabeza y entre sí. 
  • El sentido cristocéntrico viene marcado como misterio de unidad entre Cristo y sus miembros, realizado dentro del plan histórico de salvación.
Palau llegó a la gran conclusión de su vida, la que le unificó y acabó con sus búsquedas: la Iglesia es antes que nada comunión, pero en el misterio, misterio de comunión, unidad y fuente de unificación con Cristo místico, fraternidad por realizar y proyectar, y realidad viva. La Iglesia le fue revelada como Dios y los prójimos. Esta es la proyección de Francisco en la historia y en la Iglesia.

Sintetizamos las tres dimensiones de la Iglesia presentada por Francisco Palau:

  • Divina y humana: Iglesia de naturaleza sobrenatural, pero formada por hombres. Participación de unión trinitaria y no simple comunión de convicciones morales y religiosas, aunque éstas entren en la adhesión de respuesta fiel a la persona y al mensaje. 
  • Espiritual y visible: carne y espíritu, visible e invisible. 
  • Pneumática y jerárquica: En la vida y mensaje de Francisco Palau contemplamos la visión de una Iglesia en el Espíritu y la estructura jerárquica de esa misma Iglesia, pero predomina y con mucho la primera dimensión.
Francisco Palau escribe su experiencia eclesial unos años antes del Concilio Vaticano I. Podemos decir que fue hombre histórico del Vaticano I y hombre espiritual del Vaticano II, ofreciendo un nuevo modo de ser y entender la Iglesia. Si confrontamos sus intuiciones e ideas capitales con la evolución experimentada en torno a la Iglesia a lo largo de un siglo, advertimos sin esfuerzo y sin violentar su pensamiento, que Francisco Palau presentó una visión muy avanzada para su tiempo. Se vislumbra en sus escritos una visión de la Iglesia que sintoniza con preocupaciones y problemas de nuestros días. Francisco Palau aparece como un hijo de su tiempo y, a la vez, como un profeta o precursor de la eclesiología posterior.

La manifestación de la Iglesia en Francisco Palau es el impulso de su misión apostólica, de su entrega incondicional a esta Iglesia. Ésta es la mejor garantía de su relación mística con la Iglesia, manifestación de la presencia de Dios, encarnada en rostros concretos. Su obra fundacional nace como fruto de esta experiencia de amor a la Iglesia, es el alma de su carisma apostólico.


El padre Palau, hizo de la Iglesia -misterio de unidad y comunión- la razón y la pasión de su vida.


Antonia Agulló



dimarts, 16 de març del 2010


¿Conoces a Francisco Palau?


Francisco Palau concibió la Iglesia como Dios y los prójimos. En 1861 fundó la congregación de las Carmelitas Misioneras Teresianas. Gran amante de María, su Madre y Señora, imagen y figura de la Iglesia.

Siempre amó la naturaleza, donde hallaba el refugio y la paz para encontrar a Dios en cosas sencillas. Las flores las presenta como "símbolo de las virtudes", asignando cada una de ellas a una virtud concreta. En 1851 inaugura la "Escuela de la Virtud" que imparte catequesis y predica la convivencia de los valores cristianos con los valores de las nuevas corrientes de pensamiento del siglo XIX. 

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FRANCISCO PALAU Y QUER

COMUNICACIÓN
Francisco Palau, fundador de las Carmelitas Misioneras Teresianas, en el inicio del bicentenario de su nacimiento (Aitona 1811) y en el 150 Aniversario de la Fundación de las CMT
El dia 29 de diciembre, las CMT abren el Año Jubilar con motivo del Bicentenario de Francisco Palau i Quer, Aitona 1811. Comparten la celebración con el 150 Aniversario de la Carmelitas Misioneras Teresianas, fundada por el Beato Francisco Palau en 1860.